sábado, 29 de mayo de 2010

¿El amor es un lugar común? 
Advice for the young at heart
Vengo a blogger, porque me engaña. Ahora escribiré algo, algo que aún no tengo muy claro.
(Ya sé de lo que quiero escribir)
Capítulo 17: Estoy leyendo Rayuela, y ciertamente me atrapó mucho más que las dos veces en las que he intentado leerlo --al menos la parte de los del lado de allá, aunque lo más seguro sea que continúe leyendo a los del lado de acá. En fin, el punto es que me secuestró y ahora tengo el Síndrome de Estocolmo. Ahora pienso en el amor y cosas cursis como esas. Además, puedo añadir a ese fenómeno, que las películas que he elegido en las últimas semanas han sido enteramente de amor, o por lo menos, es uno de los temas principales. No me gusta pensar en esas cosas, termino llorando y definitivamente no me agrada, es un área complicada en la que nadie tiene el control pero que al final de cuentas terminamos cayendo tristemente en lo mismo. 

Sí, y a pesar que me gustaría desmentir a mis críticos que dicen que soy una perra frígida a quién nunca nadie amó y por eso está resentida con los hombres --muchos ya saben que soy una cuarentona precoz--, de cierta manera lo soy y por eso no me parece sensato ver películas que incluyan romance. Y Rayuela, según un personaje de una de las películas que vi (Lugares Comunes, 2002), es la historia de amor más desgarradora que hay. Aún no se los puedo confirmar, porque nunca lo he terminado, sí puedo comentar que me encanta la manera en que Horacio habla de la Maga, con una ternura infinita, y cuando escribe que le gusta hacer el amor con ella me desgarra el alma. ¿La razón? Simplemente nadie ha hablado de mí con tanta ternura. En el fondo soy una mujer que ama que le regalen flores, que le besen la frente y que en los días de lluvia la abracen fuertemente pero sin asfixiarle, como quien captura una mariposa entre sus manos. Lo sé, cliché; sin embargo, nuestras vidas están llenas de ellos, de los clichés, de los lugares comunes... todos terminamos desgarrándonos de algo parecido al amor al igual que todos en algún momento comemos y respiramos. A todos nos rompen el corazón, o al menos, nos rompen la representación (el simulacro) ficticia de ese órgano del cuerpo como el administrador de los asuntos emocionales. En todo caso nos romperían la mente, pero simplemente suena mal.

Continuando con el asunto de la Rayuela, otro aspecto que me llama la atención es que veo un poco de la Maga en muchas personas, incluyéndome a mí misma. Pero en especial veo a alguien, a mi amiga de toda la vida, Eva; por su ingenuidad y por el hecho de que todos quienes la conocemos la amamos, sin embargo, no la termino de ver concretamente traspapelada en un personaje así, quizá porque ella no tiene un Rocamadeur. Pero creo que yo soy más Horacio que otra cosa, al final siempre tengo que explicarle a alguien, con toda dulzura, qué significa tal o cual palabra aunque a veces sienta un poco de molestia al explicar una y otra vez las cosas. Toc, toc. 

Conclusiones: El amor es un cliché, ya lo sabemos, pero en Rayuela, no es tan cliché.

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