it's something quite peculiar...

He llegado a la conclusión de que, en mi caso, al no ser una tipa explotada ni nada que se le parezca estoy condenada a vivir en "Friend Zone". O sea, todos los hombres me van a ver como una amiga (si no es que menos...) Al final, todo recae en la apariencia, también sé que no pertenezco a un molde y que nunca podrán etiquetarme de nada. Y a la gente le gusta eso: poder cuadrar a una persona en un lugar, como una pieza en el tetris y yo soy como la pieza que nunca encaja y que te jode el juego. ¡Cha chaaaaan! Esa soy yo, una polígono amorfo que no puede ser puesto en ningún lugar sin que se vea terriblemente mal. Soy toda una cajita de sorpresas.

A menudo siento que me estoy quedando atrás, relegada. No tengo suerte con esas cosas, nunca voy a dar con algo parecido a mi hombre ideal (y es que ya ni siquiera tengo un tipo de hombre en específico...). Estaría con el primero que no me haga daño, porque parece que no merezco nada mejor que una vida monótona y gris, llena con gatos, perros y diversos animales.
Mi doctora dice que no debería generalizar, que uno nunca sabe qué le deparará el futuro... pero cada vez que pienso en esta frase no puedo contener las lágrimas, porque algo en mi cabeza me dice que nada va a cambiar, que siempre seré la misma fracasada de siempre...

Y llorar hasta el desmayo o el interminable dolor de cabeza que parece encarnársele a uno en los más profundo de los sesos. Tener tanto odio por uno mismo, tanto que hasta nos parecen irreales e inentendibles todos aquellos años de convivencia con nuestras mentes perturbadas, tantos años de soportarse a uno mismo.

Cielo Latini, Abzurdah.