it's something quite peculiar...

Ayer tuve examen final de Castellano II y a continuación les transcribiré la "extended version" de lo que entregué al final.

La chica de los bucles

-- Apenas cinco días atrás pensaba de modo radicalmente distinto --confesó el chico--. Pensaba que el mundo no era un lugar para mí.

-- ¿Entonces la conociste hace cinco días? --preguntó la mujer elegante, que escuchaba atentamente al muchacho, con expresión rígida y distante.

-- No, señora, la conocía desde hace años --el joven hizo una pausa y luego suspiró--... sólo que hace cinco días la volví a ver y noté que era la chica que siempre soñé. Ahora estaremos juntos para siempre.

Así, el chico le contó a la mujer cómo la conoció y dónde la volvió a ver.

Hace cinco días, el chico había estado en la plaza viendo a los niños corretear a través de los árboles y las estatuas; ese día de abril fue caluroso y húmedo, y el sol brillaba desde el cenit y unos novios compartieron un helado bajo la sombra de un abedul. Mientras tanto, el chico se distrajo mirando los edificios y se preguntó qué haría la gente en sus casas en un día tan hermoso, y de pronto apareció ella desde el este, la chica de largos bucles que caían como cascadas color borgoña sobre sus hombros. El muchacho tenía tanto tiempo sin ver esas delicadas facciones que sonrieron al reconocerlo. Después de saludarse amablemente, la chica lo invitó a tomar algo en un bar cercano. Hablaron todo el camino y el chico sonreía como tonto, embelesado por los ojos verdes t los bucles. El muchacho sabía que la quería para él, quería que ella fuera suya, a pesar de que no le llegaba ni a los talones, era un chico pobre y no tenía nada que ofrecerle.

Luego de un par de cervezas y pequeñas conversaciones, el chico se animó a besarla, una maniobra arriesgada y destinada a fracasar. Antes de que sus labios tocaran aquellos adorables labios rosados, ella intervino y dijo:

-- No, no puedo, tengo novio...

La chica tomó su bolso y pagó su parte de la cuenta tan rápido que dejó al muchacho con la excusa entre los labios.

-- Pero --balbuceó--... ¡Discúlpame!

La chica le había roto el corazón en un segundo y todos los rechazos de su vida pasaron frente a sus ojos y se decidió a seguirla como un demente.

Al llegar a la puerta, la chica se percató muy tarde de que el chico la había estado siguiendo y que ahora estaba junto a ella. Trató de gritar, pero un instante después él ya la había silenciado y atrapado. Ella intentó torpemente de soltarse, sin embargo ya el mal estaba hecho, en seguida el muchacho estranguló su cuello y la asesinó como a un pollo en un corral...

-- Así fue como sucedió, doctora --aseveró el muchacho en la sala fría y gris de la estación de policías.

Sonrió orgulloso y bebió un sorbo del vaso de agua puesto justo frente a él sobre el escritorio y la mujer elegante respiró hondo.

-- Bueno, ya lo escucharon, muchachos... ya saben lo que tienen que hacer...