LÁGRIMAS A BORBOTONES
Recuerdo pocas veces que me he despertado llorando, sólo la noche en que soñé que mi mamá estaba muerta y hoy. Yo no sé porqué un sueño tiene que marcarnos tanto para hacernos llorar, hacernos sentir dolor físico o dejarnos un desconcierto que nos dura todo el día. Sólo los sueños saben hacernos sentir de esa manera.
Aparezco en mi antiguo colegio, estaba lleno, había misa. Yo estaba sentada en el piso junto a mi mejor amigo, como hicimos tantas veces. Nos dieron la orden de que nos levantáramos del suelo, y así lo hicimos. La gente se empezó a fastidiar y se movían de un lado a otro. Y los chicos de la otra fila se empezaron a burlar de mí, me lanzaban burlas y cosas. Mi mejor amigo se escondió. Terminó la misa y salimos, las niñas me decían que lo que ellos habían hecho estaba mal, que yo no debía soportar aquel trato. Y se pusieron de mi lado, dijeron que me apoyaban...
Las lágrimas me salían a borbotones. Yo no sé si lloré porque el trato que me dieron o porque las niñas del colegio me apoyaron.
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