Creo que me ilusiono muy rápido. Rosi, tonta, tonta, tonta. Me voy con el primero que no me trate mal y, a pesar de lo que puedan decir, le tomo cariño a las personas con una velocidad increíble. No me gustar estar ilusionada con nada, porque cuando me ilusiono con algo (o alguien) es la señal inequívoca de que todo se derrumbará muy pronto. Por eso me gusta Bob Dylan (?). Bueno, Bob no pinta nada aquí, pero sí me gustan sus canciones.
Hace unos días hablé con alguien a quién no veía hace algún tiempo, me contó algo. Ahora no puedo dejar de pensar en aquella cosa que me contó. Parece ser un individuo sensible, y ya no puedo dejar de pensar en él (uff, que casi me delato). Me preguntó si algún día me llamará, que me invite a comer, al cine ¡algo!. Sin embargo, sé que no lo hará. Pocas veces consigo lo que quiero, pero sí consigo lo que necesito: golpes bruscos con el pavimento, pon los pies en la tierra. Reacciona, baby, las ilusiones y mentiras no son lo tuyo.
Disculpen si me pongo emo, me retracto y espero que no lo encuentren desagradable.
Escribo esto, para dejar de pensar en ese personaje, porque nada va a suceder. Nada. Rien de rien. Porque soy pequeña e insignificante.
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