TÍPICA HISTORIA DE AMOR 2
La chica se levantó del lecho con rapidez, luego de que él tomara con ternura sus rizos y los colocara detrás de su oreja. Era temprano y sin embargo ella tenía la sensación de que el tiempo estaba en su contra, que la perseguía para estrangularla. Todavía seguía desconcertada y no podía enfocar bien dónde quedaba el cuarto de baño. Su cara se tornó pálida y se precipitó hacía el baño y él la miró sentado en el colchón como si no entendiera. Vomitaba sobre el wáter, como si su vida se le estuviera saliendo por la boca. Víctor corrió tras ella para sostenerle el cabello, todo el cuerpo de María Gabriela estaba helada y él sintió de pronto que todo andaba mal. Entre los retazos de almuerzo y los disparos de bilis se desvanecía el olor peculiar del perfume encantador que ella sólo se ponía en las ocasiones especiales.
Cuando ella dejó de devolver, él le acarició la espalda y ella volteó su cara. Víctor no pudo reconocer el rostro de su novia entre la palidez y esas ojeras... Él suspiró y se dio cuenta de que sus ojos café ya no brillaban como antes y la posición fetal que había ella había adoptado le pareció ligeramente repugnante.
Esos días de besos salados entre el vaivén de olas quedaron atrás, esa podría haber sido la época más hermosa de la vida de ambos. Ella se paseó entre los últimos rayos del sol, esos colores rosas y naranjas matizaban su vestido blanco y ella sonreía inocentemente con los ojos cerrados. Él la miró largo rato desde el patio, meciéndose en la hamaca color crema, balanceándose lentamente como el movimiento de los pies descalzos de Gabriela sobre la arena húmeda y la brisa marina jugaba con sus cabellos. Esas tardes cálidas de junio en las que jugaron a amarse se desvanecían entre sus dedos que sujetaron el cabello humedecido que corría por el cuello de su amada.
-- ¿Estás bien? --Víctor pronunció esa pregunta estúpida que todos hacemos de vez en cuando-- ¿Qué tienes?
Ella, que estaba al borde de la inconsciencia, respondió:
-- Víctor, me estoy... muriendo.
Él la tomó entre sus brazos y sus manos se toparon con su cuello hirviente. Víctor le acarició el rostro hasta que la muerte le robó los suspiros a su amada.
María y la importancia de cuidar el vínculo con tu comunidad digital
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Hace algunas semanas me llegó un email de una chica que, por el nombre, me
sonaba bastante pero no acababa de ubicar bien. Por curiosidad abrí el
mensaje...
Hace 4 años
:( poeshitoo, Víctor!
ResponderEliminarQue se te muera la persona que amas en los brazos debe ser... *escalofrío* :(
Masoquista de las historias amor-dolor aqui presente, otorga la calificación de "two tumbs up" :)