viernes, 17 de diciembre de 2010


Boris Izaguirre: un animal de frivolidades
La Caracas de principios de los ochentas es un lugar muy diferente al que es ahora. Las páginas de sociales en los diarios siempre estaban colmados de celebridades locales, de estilo impecable y destilando elegancia en las fotos a blanco y negro que manchaban los dedos del ciudadano común. Y él era el escritor de una de las columnas de sociales más importantes del El Nacional, Boris era, es y será por siempre un Animal de frivolidades.
“Desde pequeño siempre fue un sabelotodo”, asevera mi madre cuando le menciono su nombre. Donde quiera que vaya, Boris despierta pasiones, odios, rencores y un poquito de envidia por ser uno de los pocos venezolanos que han logrado crearse un nombre en el viejo continente (Channel n.º 4 es uno de sus trabajos más reconocidos como animador de televisión en España, junto a Ana García-Siñeriz).
Presentador de televisión, escritor de vocación, columnista de oficio y fashionista de corazón, él mismo admite haber sido un niño solitario y glotón. Él era una pequeña lumbrera que caminaba con su mochila por la Plaza de los Museos. Desde pequeño fue un niño brillante y perspicaz; de hecho, una de sus mayores cualidades es la capacidad de observar. Quizá fue la influencia de su padre, Rodolfo Izaguirre, o tal vez la genialidad se lleve en las venas.
Uno de sus sueños más profundos era conducir el Miss Venezuela, y hoy en día ha logrado bajar las escaleras del escenario de Osmel Sousa durante dos años seguidos, algo que no cualquiera en este país ha logrado hacer. Ese acento ibérico forzado, es una de las características que las personas más detestan, pero definitivamente la manera en que Boris pronuncia ese “vosotros”, es inconfundible.
Con dos novelas exitosas bajo el brazo (Villa diamante y De repente fue ayer) además es autor de columnas para revistas como Marie Claire, Vanity Fair y Todo en Domingo, Boris Izaguirre demuestra que es más que pestañeos y glamour, es un personaje que se pasea por la delgada línea que hay entre la frivolidad y la intelectualidad. El mismo admite que es como “patinar en hielo frágil” y no deja a nadie sin tomar partido: lo amas o lo odias. Tan sencillo como eso.
Hoy en día, ya Caracas no es la de antes. Los personajes más chic del valle se han ido desdibujando por la ausencia y la distancia. La mayoría de las Margarita Zingg y las Carolina Herrera de este país han se han dispersado por el mundo, porque la ciudad ya no es la de antes: se ha endurecido con el pasar de los años. Las páginas de sociales de los diarios no son las mismas y se han ido reemplazando por páginas de sucesos, de las que ni Boris ha podido salir ileso: fue atracado en la puerta de su casa, junto a sus padres, el pasado 2 de noviembre de este año, pocos días después de haber conducido el Miss Venezuela. Sin heridos, pero con fuertes mensajes de homofobia en Twitter, dedicados a Boris.  Ya esta ciudad no es el lugar que solía ser.

3 comentarios:

  1. Excelente...

    Lo que nos queda a nosotros... Rescatar eso que parece perdido, o huir.

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  2. Muy bien contada la historia Rosi. Un abrazo.

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  3. Amo a Boris Izaguirre, excelente narracion.

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