lunes, 19 de julio de 2010





Una de las cosas que más me han cambiado la vida fueron las constantes enfermedades que me atacaron durante la adolescencia, esto lo escribí cuando me diagnosticaron bronquitis. Lo que no sabía era que un año más tarde tendría neumonía y que sería peor.



MI DELIRIO EN LA ENFERMEDAD
Strawberries cherries and an angel's kiss in spring
my summer wine is really made from all this things
Take off your silver spurs and help me pass the time
And I will give to you summer wine

¿Sabes qué se siente estar encerrado? Sin nadie con quién hablar, aparte de tí mismo; alimentarse de recuerdos y cielos amarillos de verano que sólo existen en la mente. La vida sigue, pero muerta me encuentro; y además de muerta, encerrada. Una doctora ha cerrado mi ataúd, me ha enterrado viva. Ha clavado mis iníciales en una lápida. No me sentía enferma hasta que me diagnosticó. Estaba feliz. Era el comienzo de un verano que tenía mucho que prometer. Estaba casi alcanzando esa extraña luz al final del túnel, y, de un momento a otro, oscureció; se hizo de noche y la casi inalcanzable luz ha vuelto a ser inalcanzable.

Morí sin darme cuenta. Y para salir de la muerte necesito ver la luz; la luz real. Mientras tanto, ver el atardecer me anima un poco: me hace sonreír.

No me imagino cual ha sido la razón de mi castigo. Y yo todavía sigo pensando en las personas que supuestamente están peor que yo. ¡Qué lujo éste de estar muerto! ¡Puedes detallar las cosas que pasan en el mundo sin estar realmente involucrado! Ver las cosas pasar y refugiarme en la poesía no es lo mío. Me siento agobiada. Y nunca me sentí enferma hasta que me dijeron que lo estaba. Estaba recuperándome de una gripe pasajera y visité al doctor: ¡mi peor error en años! De una forma u otra me sentí terrible por tener la enfermedad, que recaí en mi depresión. Añadiéndose así a la lista la incapacidad de poder salir a la calle y estar con mis amigos... ¡Cómo deseo poder hacer algo!
Mi tristeza evolucionó de manera increíble. Pronto llegué a querer enfermarme peor, una enfermedad mortal que me succionara el elixir de la vida que corre en las venas de todo adolescente promedio. No tardé en tener sueños extraños y de vez en cuanto recaer con la enfermedad. Y me arrepentí de haber deseado morir; aunque una pequeña parte de mí lo seguía deseando...
Mi delirio en la enfermedad.

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